Cuando eres matemático, no puedes frenar ese instinto de consultar los datos que acompañan a los artículos para comprobar la veracidad de sus informaciones. Cuando no hay datos que sustenten las conclusiones, a menudo te llevas una sorpresa en cuanto empiezas a investigar.
Desde que se publicase el último Informe PISA, no paramos de ver artículos donde se duda de la labor del profesorado, alegando que padecemos de una escasa formación. En nuestro campo, siempre que se realizan comparativas de resultados atendemos al nivel socio-económico de los grupos, porque si hay una evidencia en pedagogía es la influencia del nivel económico y formativo de los padres en los resultados de sus hijos. Solemos fijarnos en la renta, ya que se supone que los trabajos mejor remunerados son los que exigen una mayor cualificación.
Si observamos los resultados de PISA, queda evidente que España ha obtenido un 1-2% menos que la media de la OCDE, dependiendo de la prueba. Sin embargo, si atendemos al PIB per cápita, observamos que España se encuentra un 27% por debajo del total de la OCDE, y si nos fijamos en la inversión en educación nos encontramos un 14% por debajo. Entonces, ¿por qué hay tanto interés en dibujar los resultados PISA como un fracaso si más bien parece un milagro?
Y hay otro factor que nunca se valora; los profesores somos mucho más que instructores académicos. Los docentes educamos, orientamos, asesoramos a padres y enseñamos valores. Nuestra labor tutorial es tan importante como la académica y jamás hablan de ello. Quizás, los que más aprecien esa esfuerzo sean los extranjeros.
El turismo es el gran motor económico de este país, que alimenta al sector servicios: muy destacado a nivel internacional. En el éxito de todo ese sector influye de manera decisiva la labor de todo el profesorado y la formación y los valores que imparten. Por todos es sabido que muchos turistas se enamoran de nuestra cultura, lo que les lleva a repetir destino o a recomendarlo a sus compatriotas. En la compleja situación que vivimos, el turismo se está convirtiendo en un salvavidas y nadie nos reconoce nuestro granito de arena en los niveles de seguridad ciudadana o en la concordia que se respira en nuestras calles, claves para el crecimiento de ese sector.
Parece incomprensible que no estemos elogiando la labor de los docentes españoles, mientras que desde ciertos sectores no paran de llamarnos fracasados o malformados. Desde aquí lo tenemos claro:
¡GRACIAS A TODOS LOS DOCENTES DE ESPAÑA
POR LA ENORME LABOR REALIZADA!
LOS DATOS SON EVIDENTES