MATEMÁTICAS Y CORONAVIRUS 2A

Buenos días

Voy a cerrar este capítulo, antes de las vacaciones, explicando brevemente el problema tan grande de desabastecimiento de material sanitario de primera necesidad; la deslocalización de la producción nos está «matando».

Seguro que ya tenemos ciertas nociones de la globalización, sobre todo comercial. Puedes fabricar algo muy lejos, donde la gente cobra muy poco trabajando, traértelo y venderlo a un precio más competitivo que si lo fabricases aquí; ya que aquí los trabajadores tenemos ciertos derechos laborales y no podemos cobrar tan poco. Os iba a dejar unos cuantos enlaces con cifras (sueldos medios, balanza comercial…), pero creo que ya os las podéis imaginar.

Al final, lo peor es que el beneficio es de unos pocos, y lo que es más grave… el poder de esos pocos aumenta tanto que los gobiernos tienen que ceder a sus chantajes; si intentas ponerles normas se llevan las empresas a otro sitio, su domicilio fiscal (dónde pagan los impuestos), o te despiden a 1000 personas aduciendo perdidas mientras en otro país declaran millones de ganancias porque cobran menos impuestos…

Una vez escuché una frase genial, pero no me acuerdo a quién: «si no exportamos derechos, importaremos esclavitud». Al acostumbrarnos a abastecernos de productos fabricados sin un mínimo de derechos laborales, el día que queramos fabricar lo mismo tendremos que asumir sus miserables condiciones laborales. O eso, o acostumbrarnos a que nos lo fabriquen todo, asumiendo el paro que provoca no producir y el problema del desabastecimiento si la demanda sube.

Y eso último es lo que ha ocurrido; de la noche a la mañana necesitamos una cantidad ingente de material específico de protección sanitario, de test, de respiradores… y no somos capaces de fabricarlos. Estamos haciendo algún intento de adaptar algunas fábricas pero no bastará.

Para colmo, cuando la demanda es grande el productor se puede dar el lujo de subir los precios porque tiene garantizado que lo venderá todo. Todo el planeta está ahora a expensas de los escasos productores que hay, y con el riesgo de comprar material defectuoso a estafadores y oportunistas.

En un planeta en paz y armonioso todos estábamos muy contentos de lo que ocurría; disfrutábamos de productos baratos sin ser testigos del sufrimiento que padecen los trabajadores en sus fábricas. Ahora sufrimos nosotros porque no tenemos fábricas y padecemos la ley de la oferta y la demanda que antes nos gustaba tanto. Antes pensábamos «si me lo dejas más barato te lo compro» y ahora es «te pago lo que me pidas porque lo necesito».

Después de esta tragedia tendremos que plantearnos remodelar el planeta, cobrar más aranceles a los países que no tengan garantías laborales y garantizar un autoabastecimiento razonable, creando empleo y dando ayudas a los productores aunque nos cuesten las cosas un poquito más.

Y ahora a estudiar que ya mañana, después del control, tenemos vacaciones!

ÁNIMO A TODOS Y A ESPAÑA ENTERA, QUE YA QUEDA MENOS PARA SALIR!